viernes, 15 de enero de 2016

La procesionaria llegó a Alcorisa

Pinar de Alcorisa


Paseando por detrás del Calvario de Alcorisa, observé , con tristeza, que la procesionaria ha llegado también hasta el pinar que se encuentra por el camino que rodea la parte de atrás.

Estas fotos son tomadas de los pinos que embellecen de forma majestuosa todo el camino del que puedes disfrutar si te gusta caminar y observar un maravilloso paisaje

Las temperaturas inusuales de estos meses, además de ofrecernos la belleza de unos almendros en flor. aunque también algo fuera de su época, ha hechos que las orugas campen a sus anchas por los pinos de nuestras queridas montañas.

Poco podemos hacer sino desear que las temperaturas desciendan los suficiente para que desaparezcan estos indeseables visitantes sin dañar nuestros pinos, pero que no desciendan tanto que  para que no dañen los árboles que ya han empezado a florecer.

¡Parece ser que el cambio climático es algo real! 

¡La Naturaleza nos lo indica!






Los pinos de la provincia de Teruel tienen este otoño unos molestos visitantes. Se trata de los bolsones de la procesionaria, que invaden las ramas de los árboles y son muy visibles para los ciudadanos desde carreteras y caminos. 


Las temperaturas benévolas para la época del año en la que nos encontramos, los ciclos poblacionales que se encuentran en su mayor apogeo, y los cambios en los sistemas de tratamiento han hecho que la proliferación de esta plaga sea mayor ahora que en épocas anteriores. 

El índice de procesionaria varía de unos pinares a otros, pero en zonas de menor altitud son muy visibles, como en las afueras de la ciudad de Teruel. Las temperaturas altas para la época influyen y hace que sean visibles durante más tiempo, ya que la este tipo de plaga es sensible a las bajas temperaturas. 

A esto hay que sumar que la plaga es cíclica y está expuesta a fuertes explosiones poblacionales, pero su ciclo reproductor se regula y después de unos años de grandes poblaciones vienen otras de menor número de individuos. La cara negativa de esta plaga, a parte de la visual, es que los árboles se de folian, es decir, el pino pierde parte de sus hojas y se debilita aunque no los mata a corto plazo. 

 Desde el Gobierno de Aragón se hacen pequeños tratamientos localizados para luchar contra esta plaga, explicó el jefe del Servicio de Planificación y Gestión Forestal del Departamento de Sostenibilidad y Desarrollo Rural, Miguel Ángel Ena. Ena explicó que en la actualidad no se pueden llevar a cabo tratamientos masivos como los que se desarrollaban anteriormente porque un Real Decreto de 2012, regula el uso de productos fito sanitarios para su lucha y control y establece restricciones que derivan de un reglamento de la Unión Europea. 

Los tratamientos masivos se aplicaban con la utilización de medios aéreos. Aunque actualmente los tratamientos que se llevan a cabo en los montes de utilidad pública, están sujetos a las limitaciones presupuestarias, los trabajos preventivos consisten en la instalación de trampas de seguimiento y control de procesionaria cargadas con feremona sexual, que se realizan en le mes de junio. 

También se pueden llevar a cabo tratamientos puntuales en reducidas superficies como las zonas recreativas, parques y jardines o bordes de la carretera mediante un cañón pulverizador. Cuando los bolsones ya están formados, como se pueden ver en esta época del año, se pueden realizar tratamientos dirigidos exclusivamente a su corta y quema. Es hacia el mes de noviembre cuando las orugas eligen su emplazamiento definitivo para completar su desarrollo. 

Durante el día permanecen en el interior de los bolsones y al caer la tarde salen y se alimentan de las acículas de los pinos. Cuando llegue el buen tiempo se organizan en procesión y bajan de los árboles para enterrarse en los claros del monte, donde el sol calienta la tierra. Es en el momento del descenso de los pinos cuando las orugas son más visibles y hay que tener en cuenta que no se pueden tocar porque tienen pelos urticantes. 

Niveles 

 Los niveles de infección de los pinares son cinco y en la actualidad podríamos encontrarnos, según las zonas, entre un nivel 3 y 4 de infección, cuando la procesionaria se ha introducido en la masa arbórea y se ven numerosas colonias, sobre todo en los bordes de los bosques o en los
ejemplares aislados. En el nivel 4 las orugas esquilman el pinar y empiezan a sufrir problemas por falta de alimento. La población se reducirá y comenzará un nuevo ciclo.