La campaña 2015-2016 de recogida de oliva en el Bajo Aragón será corta. "Prácticamente acabamos de comenzar y ya estamos terminando", afirmaba esta semana el almazarero José Gabriel Alcober, de Bodegas Alcober en Valdeltormo, que abrió el molino para para variedad empeltre -la más común en la Tierra Baja- el pasado 15 de noviembre.
La cosecha será corta y con menos kilos que el año pasado, después de la campaña extraordinaria de oliva y aceite que hubo en 2014-2015. Por el contrario, su calidad por la ausencia de heladas es excelente, tanto que más del 60% de las partidas que llegan a diario a las almazaras se están destinando a oliva de aderezo, que se paga al agricultor hasta un 50% más cara que el fruto seleccionado para la fabricación de aceite de oliva.
El uso de maquinaria cada vez más moderna acelera cada temporada la recolección, y este año, con una cosecha corta, parece que en algunas zonas se ha recogido ya el 80% del fruto, tal y como ocurre en la antigua Mancomunidad del Mezquín. Pedro Antonio Sancho, gerente de la cooperativa de La Codoñera calcula que "para Reyes" estará todo recolectado a falta de que los agricultores pasen a recoger la poca oliva que este año ha caído al suelo. Comparándola con la última cosecha, Sancho afirmó que el Bajo Aragón tendrá "un 30% de lo que hubo en 2014-2015", poca cantidad que los agricultores verán compensada con una selección más generosa por parte de las almazaras del fruto del olivo, que este año ha caído menos al suelo gracias a los mayores controles y a la menor incidencia de la plaga de la mosca del olivo, entre otras cosas.
En cualquier caso, la cantidad de oliva varía según zonas y no hay homogeneidad. Mientras en el Mezquín, el gerente de la cooperativa de La Codoñera considera que están en un 30% respecto a lo que hubo en el Bajo Aragón en la última campaña, en el Matarraña, José Gabriel Alcober matizó que "pueblos como Valdeltormo, Valjunquera y Valdealgorfa tienen el 50% de lo que recogieron el año pasado, Calaceite puede tener un 25% respecto a la última o incluso menos, mientras que en la zona de Cretas y La Portellada hay muy buena cosecha".
Pero, puntualizó Alcober que "también hay que decir que tenemos agricultores que tienen una cosecha media o incluso completa, mientras que otros se han quedado literalmente a 0, porque quien hace el cultivo como ha de hacerlo y los tratamientos necesarios al final ve recompensado el esfuerzo y tiene cosecha", opinó.
En cuanto a la parte alta del Matarraña, parece que la cosecha será muy buena. Joaquín Riba, gerente de la cooperativa Aceites del Matarraña, que recoge aceituna de cinco centros de producción (La Portellada, Torre del Compte, Lledó, Calaceite y Arens de Lledó) indicó que "en general tendremos un 40% de lo que hubo en 2014, pero zonas como Cretas y La Portellada recogerán bastante oliva gracias probablemente a que llovió bastante en estas zonas". La climatología les ha sido propicia.
Más aceituna de aderezo
No hay, por tanto, uniformidad, pero el agricultor se puede dar por satisfecho, especialmente porque la menor
cantidad de oliva que llevará a las almazaras se verá compensada con un mejor precio gracias a que la mitad de lo que venden se selecciona para aderezo. "Si lo normal en otras campañas es que la cantidad de la aceituna de mesa de cada remolcada sea en torno al 25% del total, este año se está destinando al aderezo al menos el 50%, porque el fruto es mucho más grande". Los precios de la aceituna de mesa rondan los 90 céntimos de euro (llegando incluso al euro) por kilo, mientras que la oliva que va al molino se está pagando a 60 céntimos.
Es una aceituna "sana" apenas afectada por la plaga de la mosca del olivo, que se cebó con la oliva bajoaragonesa el año pasado. Joaquín Riba recordó que no sólo los controles realizados en la zona han sido efectivos, sino que "posiblemente este año se ha parado bastante mejor la plaga en Cataluña, que es donde está el foco todos los años, y eso ha hecho que no llegara hasta aquí" de una manera tan virulenta a como lo hizo en la última campaña.
Mucha más calidad
La aceituna es grande y de mejor calidad. "No hemos tenido heladas este año, y eso es un factor a tener en cuenta, pero también han sido muy importantes los 25 litros de agua que cayeron semanas atrás, lo que ha permitido que el árbol recogiera esa lluvia y la oliva engordara a última hora de una manera sorprendente, ganando un tamaño que no tenía", indicó José Gabriel Alcober. Esto ahora servirá para que el agricultor recupere por esta vía lo que ha perdido por la menor productividad del árbol este año.
Por otra parte, la aceituna destinada a molino para su transformación en aceite se paga en torno a los 60 céntimos de euro, precios que están ligeramente por encima de los que los agricultores percibieron el año pasado, con una cosecha que procedía en un 40% del suelo y que suele destinarse a refinería. Sin embargo, "como la oliva no ha caído al suelo, lo que tenemos es que el 90% de lo que llega a las almazaras ?se destina a mesa o a la fabricación de aceite de primera", añadió Alcober.
Pedro Antonio Sancho, de la cooperativa de aceites de La Codoñera, coincidía en que el fruto que ha quedado en el árbol "es bueno", ya que "la poca oliva picada que había ya ha caído".