miércoles, 15 de marzo de 2017

Recuerdos entrañables de antaño

Lo mejor que nos ha pasado en nuestra vida:

Nuestras abuelas



¿Te acuerdas del delantal de la abuela?


La principal función del delantal de la abuela era 

proteger el vestido que estaba debajo. 

Pero además, servía de agarradera 

para retirar la sartén más que caliente del fuego. 

Era una maravilla secando las lágrimas de los niños 

y, en ciertas ocasiones, limpiando sus caritas sucias. 



El delantal servía para transportar desde el gallinero 

los huevos, los pollitos que necesitaban terapia intensiva 

y, a veces los huevos golpeados que terminaban en el horno.



Con él se recogían los frutos que caían de los árboles 

al terminar el verano.

Cuando llegaban visitas, el delantal de la abuela 

servía de refugio a los niños tímidos 

y, cuando hacía frío, la abuela se envolvía los brazos en él. 



Aquel viejo delantal, agitado sobre el fuego, 

oficiaba de fuelle. 

Y él era el que cargaba con las patatas y la leña 

hasta la cocina. 

Servía también de canasto para llevar

 las verduras desde la huerta



Cuando se acercaba la hora de comer, 

la abuela salía a la puerta 

y agitaba el delantal, 

y entonces los hombres que estaban en los campos 

comprendían de inmediato 

que el almuerzo estaba listo.



Después de usarse en la cosecha de la cebada, 

le tocaba el turno con los repollos.
Cuando alguien llegaba inesperadamente, 

era sorprendente la rapidez con que el viejo delantal 

podía sacar el polvo de los muebles.



La abuela también lo usaba para colocar en la ventana 

la torta recién sacada del horno, para que se enfriara. 



Actualmente, por el contrario, 

la nieta coloca la torta en el mismo lugar, 

pero para que se descongele. 

Pasarán largos años antes de que alguien invente 

un objeto que pueda reemplazar 

aquel viejo delantal que tantas funciones cumplía…

Aunque quizás ya no hay abuelas que… 



Tengan que proteger el vestido, dado que hoy hay muchos, 

y tenemos máquinas que los laven. 

Las agarraderas de las sartenes 

ya no queman. 

Las caritas de los niños las lavamos con toallitas húmedas



El fuego lo avivamos con un botón o una llave. 

Y el polvo lo quitamos con bayetas ecológicas

 que repelen el polvo…



En recuerdo de mi abuela, 

hoy tengo colgado en mi cocina 

un DELANTAL, 

que me recuerda a aquella persona tan querida 

y que tantas cosas fue capaz de hacer con el delantal 

y… sobre todo,con mucho cariño.



DEDICADA A TODOS LOS ABUELOS/AS 



Con el mayor respeto y cariño



 Texto tomado de:  Leyendas Mascotas y algo más
Imágenes tomadas de Google Imágenes






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Teruel, la provincia de los Amantes
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