martes, 6 de diciembre de 2016

La verdad sobre la marihuana

¡Por un mundo sin drogas!



Los efectos inmediatos al fumar marihuana incluyen taquicardia, desorientación, falta de coordinación física, a menudo seguidos por depresión o somnolencia. Algunos consumidores sufren ataques de pánico o ansiedad.


Pero el problema no acaba ahí. De acuerdo a estudios científicos, el ingrediente activo del cannabis, el THC, permanece en el cuerpo durante semanas o incluso meses.


El humo de la marihuana contiene de 50% a 70% más de las sustancias que causan cáncer que el humo del tabaco. Un estudio de investigación importante informó que un solo porro de cannabis puede causar tanto daño a los pulmones como cinco cigarrillos fumados uno tras otro. 


Los que han fumado marihuana durante mucho tiempo a menudo sufren de bronquitis, una inflamación del tracto respiratorio.


La droga puede afectar no sólo tu salud física. Estudios hechos en Australia en 2008 asociaron los años de uso intensivo de marihuana con anormalidades del cerebro. Esto está respaldado por una investigación anterior sobre los efectos a largo plazo de la marihuana, la cual indicó cambios en el cerebro, similares a aquellos causados por el consumo prolongado de otras drogas mortales. Y varios estudios han mostrado una conexión entre el uso continuo de la marihuana y la psicosis.


La marihuana puede cambiar la estructura de las células del esperma, deformándolas. Por tanto, incluso pequeñas cantidades de marihuana pueden causar esterilidad temporal en los hombres. El uso de la marihuana puede también alterar el ciclo menstrual de una mujer.


Los estudios muestran que las funciones mentales de las personas que han fumado grandes cantidades de marihuana tienden a disminuir. El THC en el cannabis afecta las células nerviosas del cerebro, afectando la memoria.


El cannabis es una de las pocas drogas que causan la división anormal de la célula, lo cual conduce a graves defectos hereditarios. Una mujer embarazada que fuma regularmente marihuana o hachís puede dar a luz prematuramente, a un bebé de menor tamaño y con menos peso de lo normal. 


En los últimos 10 años, muchos hijos de adictos a la marihuana han nacido con una iniciativa reducida y capacidades disminuidas en cuanto a concentrarse y buscar las metas de la vida. Los estudios también sugieren que el consumo prenatal (antes del nacimiento) de la droga puede resultar en defectos de nacimiento, anormalidades mentales y un mayor riesgo de leucemia (cáncer de médula ósea) en los niños.


EFECTOS A CORTO PLAZO
  • Problemas de memoria a corto plazo
  • Ansiedad severa, incluyendo miedo de que uno está siendo vigilado o perseguido (paranoia)
  • Comportamiento muy extraño, al ver, oír u oler cosas que no están ahí, siendo incapaz de distinguir la imaginación de la realidad (psicosis) Pánico
  • Alucinaciones
  • Pérdida del sentido de identidad personal
  • Tiempo de reacción reducido
  • Ritmo cardíaco elevado (riesgo de ataque al corazón)
  • Riesgo incrementado de derrame cerebral
  • Problemas con la coordinación (reduciendo la seguridad al conducir o practicar deportes)
  • Problemas sexuales (para los hombres)
  • Hasta siete veces más probabilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual que los no usuarios (para las mujeres)

EFECTOS A LARGO PLAZO

  • Disminución del coeficiente de inteligencia (hasta 8 puntos si el uso prolongado comenzó en los años de adolescencia)
  • Bajo rendimiento escolar y mayor probabilidad de abandono
  • Dificultad para pensar y en la capacidad para aprender y llevar a cabo tareas complejas
  • Menor satisfacción con la vida
  • Adicción (casi el 9% de los adultos y el 17% de las personas que comenzaron a fumar de adolescentes)
  • Desarrollo potencial del abuso de opiáceos
  • Problemas de pareja, violencia de pareja
  • Comportamiento antisocial incluyendo robar dinero o mentir.
  • Dificultades Financieras
  • Mayor dependencia de la asistencia social
  • Más posibilidades de estar desempleado o no obtener buenos trabajos.

“Empecé a consumirla debido a una apuesta de uno de mis mejores amigos quien dijo que yo era demasiado gallina para fumarme un porro y beberme un litro de cerveza. Yo tenía catorce años entonces. Después de 7 años de consumir drogas y beber, me encontré al final del camino siendo adicto. Ya no consumía para sentir euforia, sólo la consumía para sentir algo parecido a la normalidad.


“Luego empecé a tener sentimientos negativos sobre mí mismo y mis habilidades. Odiaba la paranoia [sospecha, desconfianza o miedo de otras personas]. Odiaba estar nervioso todo el tiempo sintiendo que algo iba pasar. Realmente odiaba no confiar en mis amigos. Me volví tan paranoico que tuve éxito en apartar de mi vida a todos y me encontré a mí mismo en el terrible lugar en donde nadie quiere estar: solo. Me levantaba por la mañana y comenzaba a tomar drogas y continuaba así durante el día”.—Paul

tomado de: Por un mundo sin drogas
Imágenes tomadas de Google Imágenes

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