sábado, 3 de febrero de 2018

Nadie se quede atrás... Día de la Paz en Alcorisa

Tu dices "peace", y digo paz



El frío no impidió que ayer 2 de Febrero del 2018 a las 13:00 h. los niños de Alcorisa pudieran cantar la canción de la paz "Nadie se quedé atrás" con músicos y coro en directo.


Cientos de niños cantaron con fuerza e ilusión la Canción de la Paz la que, en palabras de Benito Gómez, director del Centro Educativo, el Justicia de Aragón, se ha convertido en un símbolo para todos los centros educativos de Alcorisa. 


La veinticinco edición, esto es una cifra redonda lo que significa que la hemos cantado con hoy veinticinco veces seguidas. Y esto es un acontecimiento importante. Se ha convertido prácticamente en el himno de Campus Educativo de Alcorisa.


Es una canción que la cantan los niños año tras año con entusiasmo.


Ya es una parte de nuestra cultura


25ª Edición de la Canción de la Paz
Manifiestos para la Paz
(Texto original de la 1 Edición en 1994)


Hace muchos años, cuando el sol aún no sabia leer ni escribir y la luna solo decía "papá" y "mamá", un hombre de melena ruidosa y barba agridulce y una mujer de cabellos distraídos y ojos de mar, tuvieron una Idea


Como les pareció que era muy valiosa, se la contaron a un hombre de frente apretada y unas mujeres de boca de azúcar que vivían al lado.


Estas personas, muy dadas al sano ejercicio de la reflexión que eran, decidieron comunicárselo a la vecindad, unos seres enjutos y de luengas piernas que por buena costumbre tenían la de cuidar con esmero animales y plantas que en abundancia daban. Y vinieron, también, en acordar que era una buena cosas.


Y la Idea, que naciera en un hombre de boca de mar y una mujer de melena ruidosa, pervivió entre ellos durante siglos.


Y los días y las noches se dieron la mano y el sol aprendió letras y números y la luna conquistó la palabra. 


Y la Idea que no se tocaba, ni se olía, ni se veía, seguía entre las gentes, alegre como una huerta de chupa-chups.


Esas personas comían canciones, bebían besos, sorbían sonrisas. Pero en su goce llegó el sueño.


Y durmieron pesadillas, repletas de clarinetes, paladines trompetas y estandartes, armas por todas partes, caballeros sin floreros y guerreros así de fieros.


Durmieron pesadillas y un reloj de mantequilla señalada, a cada cuarto, que un corazón de esparto, rampante y desafiantes, era el nuevo gobernante del lugar.


Los abrazo fueron prohibidos; las caricias perseguidas. Las miradas, confinadas a un desierto de metal. Lo piropos ocurrentes fueron encarcelados y las cartas perfumadas se destinarían a envolver los bocatas del almuerzo.


Su majestad Corazón de Esparto, decidió que en las escuelas sólo se estudiarían los siguientes verbos: matar, morir, luchar, pelear, odiar, herir y apedrear.


No habría recreos y todas las mañanas, en lugar de saludar a los colegas, habría que recitar completa la tabla del 9,5 ¡Que es mucho más difícil!


Un día, alguien en el CRIET tuvo una idea


Otra Idea.


Si su Majestad, Corazón de Esparto, había destrozado la vida de tantas y tantas personas, quizás con una canción, se podría romper la  maldición.


Sí, ya sabían que estaba prohibido cantar, y que si les sorprendían serían juzgados y condenados a terribles castigos,


¡pero merecía la pena!


Así, echando mano de las únicas herramientas de que disponían, la fantasía, las palabras y las notas musicales, pusieron manos a la obra. 


Había que conseguir que la Idea, aquella que tuvieron un hombre de cabellos de mar y una mujer de melena ruidosa, aquella que les había enseñado a beber besos y a sorber sonrisas, volviese al lugar.


Aunque no se pudiese tocar, ni oler, ni ver. 
¡Tenían miedo!


Pero si conseguían cantar la canción, seguro que su Majestad, Corazón de Esparto, dejaría su puesto a la Idea.


Si conseguían cantarla... sólo una vez.


Susurraron mensajes, reunieron voluntades, sedujeron, convencieron, propusieron, acordaron... 


Que aquí estaríamos  juntos, dispuestos a cantar la canción por primera vez (por vigesimoquinta vez).


Que a nadie le tiemble el gesto. 
Es mucho lo que nos jugamos. 


Es la Esperanza de romper los gritos de una vez por todas.


Lo dijo Kästner: 
"Fuera la pereza de corazón"


¿Eres capaz?


Y sí,  los niños de Alcorisa fueron capaces 


Nadie se quede atrás,
todos somos igual.
Tú dices "peace", yo digo paz

Podemos escribir
versos de libertad,
páginas blancas al azar.
Distinta lengua,
igual compás.
Fa, sol, la, si, do, re, mi, ¡paz!

No importa donde estés, 
vuela hacia mi país
en una nube del papel.

Nadie se quede atrás,
todos somos igual.
Tú dices "peace", yo digo paz.

Dibujaremos
la sociedad civil.
Ven con nosotros hasta allí.

No las queremos,
¡Armas atrás!
¡Fuera la bomba nuclear!

Un solo corazón,
latidos a la vez;
no hay otra vía,
sube al tren.

Nadie se quede atrás
Todos somos igual.
Tú dices "peace", yo digo paz.

Habrá una escuela;
todos podrán entrar.
La contraseña será: Paz

Somo futuro multicolor,
el arco iris del amor.
Aprender a reír,
aprender a jugar
a juegos de decir que ¡sí!

Nadie se quede atrás, 
todos somos igual
Tú dices "peace", yo digo paz.

Vamos a construir
una historia infantil,
un cuento con final feliz.
Una sonrisa, una canción
y unas burbujas de ilusión.

No tardará en llegar
la paz universal.
Abre tu mano a la amistad

Nadie se quede atrás,
todos somos igual.
Tú dices "peace", yo digo paz.

Necesitamos
que unas tu voz también.
Por allí viene la libertad, 
es la paloma de la paz.

Canta conmigo,
fíjate en los demás,
la melodía va a empezar,
la melodía va a empezar,
la melodía va a empezar...


Con música y coro en directo


Los niños de Alcorisa celebraron su 

25 Edición del Día de la Paz, 
cantando "Nadie se quede atrás... 
Tú dices "peace" yo digo paz


Plaza del Seminario de Alcorisa
2 de Febrero del 2018


Campus Educativo de Alcorisa:
IES Damián Forment, CRIET, CEIP El Justicia de Aragón, 
Centro Ocupacional Kalathos, Guardería Municipal

 





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