miércoles, 29 de marzo de 2017

¡Escúchame...! ¿Vamos a votar por Alcorisa?

¡Escúchame...!


¡Vota para que seamos protagonistas!



Los alumnos de sexto del colegio CEIP El Justicia de Aragón de Alcorisa nos piden colaboración para ganar un concurso de cuentos que han hecho junto con su profesora Eva Fustero

¿Les ayudamos votando su trabajo?

Este es el enlace en el que podéis votarles y este un vídeo animándoos a hacerlo.


¡Podéis compartir el enlace y animar 

a más amigos a votarles!


http://www.amarilloverdeyazul.com/2017/03/escuchame/



¡Escúchame...!


Me gusta acostarme temprano. Ser profesora de niños de 6º es muy entretenido y cuando llega la noche estás bastante cansada. La historia que voy a contar comenzó una noche el pasado septiembre.

Acababa de empezar el curso, los alumnos de este año son bastante moviditos y a las 9 ya estaba reponiendo fuerzas en la cama. Era una noche de muchísimo viento, se oía soplar fuertemente.

Algo golpeaba contra mi ventana y el ruido no me dejaba dormir, me estaba poniendo nerviosa, toc-toc-toc,. 

Empecé a pensar que ese ruido no era casual, parecía como si alguien me estuviera llamando. Estaba un poco asustada, me levanté y escuché con la oreja pegada al cristal: ¡Alguien estaba diciendo mi nombre!

Un temblor recorrió mi cuerpo, me armé de valor y fui hacia la puerta, abrí y encendí la luz pero no vi a nadie. Me disponía a cerrar la puerta pero oí de nuevo mi nombre. La voz venía de entre los árboles.

¿Quién eres? – pregunté

Eva, soy yo, el sauce.

Esto es una broma ¿no?

No, es cierto. Me dirijo a ti porque necesitamos ayuda. La naturaleza está en peligro y sólo los niños pueden salvarla. Hemos intentado hablar con ellos pero no nos escuchan. Ya no sabemos qué hacer.

La conversación no duró mucho.

Volviendo hacia la cama me sentía triste y feliz a la vez, con muchas ganas de ponerme manos a la obra pero paralizada y confusa, 

¿cómo iba a contar a 16 niños de 11 años lo que acababa de ocurrir? No pude dormir en toda la noche.

Como todos los días a las 9 sonó el timbre y yo esperaba a los niños en clase. Fueron entrando y sentándose en sus sitios. Les di los buenos días y me quedé callada, no sabía qué decir. Se me ocurrió una idea, seguramente si les contaba mi historia en plena naturaleza me prestarían más atención y sería más creíble.


– Chicos – dije – he pensado que como brilla un sol espléndido os encantará que vayamos a dar las clases al lago.

Se pusieron contentísimos.

El lago estaba muy cerquita del colegio. Al llegar les conté mi conversación con el sauce. Ocurrió lo que me temía, no me creyeron. Algunos empezaron a reírse pensando que no estaba bien de la cabeza, otros pensaron que era una broma… Se armó bastante alboroto.


De repente, el cielo se cubrió de unas horribles nubes negras, parecía que estaba anocheciendo y unos terribles truenos resonaron fuertemente. Los árboles no tenían hojas, sus ramas estaban secas. Todo a nuestro alrededor estaba lleno de basura y un olor asqueroso impregnaba todo.

Los niños estaban muy asustados, no entendían lo que estaba ocurriendo. La naturaleza estaba enfadada y les estaba avisando de lo que iba a pasar si seguían sin escucharla.

Ainoa fue la primera en reaccionar y gritó:

– ¡Yo sí te creo, Eva! 

¡Y quiero ayudar a la naturaleza! 

 Belén dijo:

– Nuestro pueblo está cambiando, este lago no es como era antes y así es en lo que se va a convertir si no cuidamos de él. 

¡Yo también quiero ayudar!

Otros niños se fueron uniendo a grito de 

¡Y Yo! ¡Y yo también!

Cuando todos se habían ofrecido a ayudar el cielo se aclaró, el sol volvió a brillar y olía a hierba fresca.

Los niños recobraron la calma y enseguida empezaron a organizarse. Izarbe dijo:

– Chicos tenemos que hacer que nuestro pueblo vuelva a ser un lugar limpio y respetuoso con la naturaleza.

Maider continuó:

Cuando se pusieron los contenedores de reciclaje todos reciclábamos pero ahora esos contenedores están vacíos y el vertedero está tan lleno de plásticos, cartones, botellas, papeles…que se está haciendo tan grande como el pueblo.

Ese mismo día se pusieron todos a trabajar. Fueron al Ayuntamiento para pedir que se limpiara bien el vertedero municipal. 

Reunieron a todos los niños del colegio para pedirles ayuda y limpiar el pueblo distribuyendo los residuos reciclables en sus contenedores (papel y cartón en los azules, envases en los amarillos, vidrio en los verdes,…). Los mayores también se unieron al trabajo.

Entre todos realizaron un gran trabajo y el pueblo se convirtió en ejemplo para otros muchos que quisieron hacer lo mismo.

Por fin llegó el momento que todos esperaban con tanta ilusión, el encuentro con el sauce. Fue muy emocionante. Le dijeron que nunca más se sentiría solo, que siempre podría contar con ellos. 


Los 16 niños lo rodearon entrelazando sus manos y el sauce sintió un gran abrazo. Todos unidos hicieron la firme promesa de siempre escuchar a la naturaleza.

Entonces, el cielo tomó un color azul intenso, el sol brilló con una luz muy especial y una suave y perfumada brisa les acarició.


Escúchame…


Escrito por: Eva Fustero Bernad
Colegio: CEIP El Justicia de Aragón
Curso: 6ºB
Ciudad: Alcorisa
Provincia: Teruel


Podemos ayudar votando en el siguiente enlace

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